Es bien conocido que a los mexicanos nos encanta celebrar. Todo constituye un motivo de fiesta, reunión, música, baile y comida. Tanto es así que los mexicanos decimos que la “temporada decembrina” comienza con la celebración del día de la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre, y termina el 6 de enero con el Día de Reyes, aunque algunos afirman que se alarga hasta el Día de la Candelaria, el 2 de febrero.
En medio están las Posadas, del 16 al 24 de diciembre los mexicanos nos reunimos para representar la travesía de María embarazada y José, y terminamos en casade algún vecino tomando ponche y comiendo tamales. Viene entonces la Navidad, aunque para los mexicanos es en la última posada, la Noche Buena, cuando se hace la gran cena, generalmente familiar, y nos amanecemos celebrando. Una semana después, el Año Nuevo y sobra decir que en esta fiesta se echa la casa por la ventana.
El Día de Reyes nos reunimos en familia y con amigos, una vez más, para comer la deliciosa rosca de Reyes. En Mexico es tradición colocar uno o varios munequitos dentro, que representan al niño Jesús. Quien encuentre uno en su porción de rosca tiene que invitar los tamales el Día de la Candelaria. ¿Por qué maratón?, porque después de tanta desvelada, zangoloteada, bebida y comida… ¿quién no quedaría exahusto?