Reportadas por primera vez en 1959 por el geólogo estadounidense F. P. Shepard y dadas a conocer al mundo por el oceanógrafo Jacques Cousteau con bellas imágenes unos años más tarde, las Cascadas de Arena se encuentran en la parte sur de la Bahía de Cabo San Lucas, donde también se encuentra el famoso arco, en Baja California Sur y son un capricho natural extremadamente raro provocado por dos fenómenos.
Por un lado, la formación de profundos cañones submarinos de hasta 3000 m de profundidad que se abrieron poco a poco mientras la Península de Baja California se separaba del continente desde hace 8 millones de años. Por otro, la confluencia de tres corrientes a diferentes temperaturas: la del Pacífico Norte, la del Pacífico Sur y la del Mar de Cortés que arrastran la arena desde la costa hasta el borde de los cañones donde comienzan a precipitarse en forma de una cascada dorada con flujo constante, aunque variable.
Aunque son un espectáculo imperdible, para verlo de primera mano es necesario ser buzo certificado. Le dejamos este enlace para animarse a certificarse en buceo o solo apreciar la belleza: